El
corazón de Medusa,
(forjado
en lava, henchido de furia)
ama
a quien pretende descifrarla.
La
diosa, serpientes sus cabellos, ofrece
al
macho que penetra
en
la senda húmeda y angosta,
(caverna
iniciática):
seducción,
placer, y éxtasis.
Hasta
el momento fatal
de
la mirada dulce y profunda,
el
tiempo se detiene. La virgen
rompe
el silencio sepulcral,
agita
el cascabel,
pero,
nadie certifica
el
milagro de los milagros:
La
voluptuosidad eternizada
vive
en una estatua esculpida
en mármol de carrara.
(poema de Renata Bomfim e tradução ao castelhano por Pedro Sevylla de Juana)
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