05/10/2021

Conexão América Latina: Poemas de LETY ELVIR (San Pedro Sula, Honduras)


LETY ELVIR


La rabia me es

                   “La rabia, madre, por Dios, tengo frío/ […]/

                    La rabia es mi vocación” Silvio Rodríguez


                     “Transformo mi rabia en poder” Maya Angelou

 

la rabia me es

como la hiedra al árbol

como la luz a la estrella

como la palabra al poema

como el pecado a lo sacro

como lo erótico a la vida

como la pasión a la furia

como la represión a la dictadura

como la incertidumbre a esta era covid-19

 

la rabia me es

como cuando escucho tu pregunta tonta

que si me gustó que me persiguiera

aquel tipo despechado

con un cuchillo en sus manos

o que si me gustó que me apretujara los pechos

aquel que se dijo mi amigo

mientras dormía

o navegaba en mi cerebro

una cuota de alcohol

o que si sentí placer

cuando me violaron

en nombre del amor

en nombre de Dios

en nombre del hombre nuevo

de la revolución

 

la rabia me es

por la violencia

contra las mujeres

secuestradas

confinadas

torturadas

asesinadas

con el alma rota

con el cuerpo rayado

donde una niña grita: ¡basta, papá!

demonio virus animal re-seco

monstruo doméstico

-sos aterrador, amor mío-                                      

narciso 

putrefacto

 

la rabia me es

por esta otra pandemia 

que no importa porque mata lo que no importa

duerme en tu misma cama

se mete en el aire

en el polvo de las hojas de las plantas del jardín de enfrente y de atrás

en las puertas abiertas pero cerradas

en el cuello mordedura barba azul

 

en la mesa de los desechos

una dinga en cuarentena

salta aúlla 

con verdugo 24/7

con la libertad en estado de sitio

 

la rabia me es

                          -y me será

por el tiempo que sea necesario

 

no la mataré

no la ahogaré

no la colgaré

de ningún poste del alumbrado eléctrico

es mi estandarte mi escudo mi poder y mi saeta

porque mi rabia está hecha

de toda la ira de mis ancestras

de toda la furia y los silencios de las niñas

la rabia

me sale por mis tallos

por mis hojas

trepa los tapiales las fachadas

amenaza la mentira

de la atarraya que atormenta los peces

de los depredadores que nunca se llenan

 

la rabia de las mujeres no se calmará

sino hasta tu muerte

violencia femicida.

 

( Autora: Lety Elvir, 9-8-20)

 

******

Medusa

Poseidón huyó a sus mares después de la profanación

del templo

del cuerpo

de Medusa.

ella no era como la gorgona de Corfú

garras de bronce

de oro sus alas

colmillos de jabalí

con leona en cada uno de sus flancos. no,

ella no era precisamente así

pero tenía la cabellera más hermosa entre todas las diosas.

cuando el sicario alzó el brillo de la daga

Medusa expresó su sentencia:

cada gota de sangre que brote de mi cuello

te perseguirá hasta el inframundo y se enroscará como serpiente

-entre tus piernas -

no habrá escudo ni oráculo que te proteja.

será, entonces, tu cabeza la que cuelgue

de mi brazo derecho.

 

 ****

Un hombre pequeño

con mirada de serpiente

 

voy a pintarme los labios

-de rojo -

rojo púrpura

rojo herida que no se mira

 

voy a borrarme el tatuaje

-el de un hombre pequeño

con mirada de serpiente-

 

voy a desalambrar mis caderas

territorio ocupado a ritmo de cadenas

 

voy a apagar el silencio

ese maldito diván

donde acomodabas mi belleza       

 -la amnesia-

 

voy a soltarme la lengua

-te mostraré el efecto Mariposa-

 el caos será la peste

que cubra tus fronteras

voy a hacerte temblar

porque yo

-la muda, la diosa

la mala, la bruja

la nómada, la fija

la santa, la puta,

la peor, la odiosa-

nunca más bailaré de puntillas

 

aquí y ahora

-en mi otro universo-

el holograma de mis sueños

será tu pesadilla

 

Sí, definitivamente

voy a asaltar tu ridículo muro

hecho de máscaras y sainetes

tu diminuta y patriarcal neurona

ya no sabrá si vuela o muere

si soy ave o barco

si lo tocado son raíces

o el cabello de Medusa

tampoco podrá saber

si es amor o veneno

la pócima en el caldero

 

la víbora muere

donde quería matar.

 

 ****

aquí nadie duerme

sueño

y no puedo despertar

sueño

y no quiero despertar…

aquí nadie duerme

estamos en vela

con los ojos abiertos

con la sangre ardiendo

con la Luna en su farol

con preguntas en la garganta

        ¿dónde están los garífunas secuestrados?

        ¿dónde están las mujeres desaparecidas?

        ¿dónde está el dinero?

 

nos ronda un espíritu

soñador y rebelde

amenaza con tomarse los campos la ciudad

camina entre multitudes

brilla

como piedra de río

suena

como galope de caballos en estampida

como el trinar que antecede a

                               mil relámpagos caídos

como un enjambre de cacerolas y tambores caribes

y no queremos que huya

lo tenemos que sitiar

aquí nadie duerme.

 

****

Antes de que se me olvide, amiga

                                    Dedicado a R.R en su lucha contra el Alzheimer

 

Antes de que se me olvide, amiga,

te envío este audio en el breve instante

en que puedo ver la luz en mi memoria

y el celular ha reaparecido.

Disculpas por responder hasta ahora.

En estos tiempos solo me llegan noticias tristes,

a mi alrededor todos se están muriendo,

me estoy quedando sola;

no sé si será la edad o es la plaga.

No sé nada. Y yo con este olvido

no sé si voy o si vengo

no sé si ya bajé o estoy subiendo.

Debo andar con cuidado en esta casa,    

dicen que soy un peligro: la estufa prendida,

la comida quemada, el agua derramándose,

que un día ahogaré los peces del acuario,

incendiaré la casa con todo y sus propietarios,

que extraviaré las llaves para siempre.

Me siento perdida. A veces

se vienen torrentes de nostalgia, caos.

Me siento confundida. No sé qué fecha es                    

y ya perdí el hilo de lo que te estaba contando.

Disculpa si hoy no pronuncio tu nombre, si el recuerdo

no lo trae. La memoria es como un ave, vuela.

Pero sé que te quiero.

 

LETY ELVIR (San Pedro Sula, Honduras, 1966)

 Poeta, narradora, editora. Docente de la UNAH, 1996-2017. Egresada del Doctorado en Letras y Artes en América Central, UNA-CR; Cofundadora de la ANDEH; vicepresidenta del PEN-Honduras, 2014-2015. Libros: Luna que no cesa, 1998; Mujer entre perro y lobo, 2001; Sublimes y perversos (cuentos), 2005; Honduras: Golpe y Pluma. Antología de poesía resistente escrita por mujeres (2009-2013), 2013; coeditora de Honduras: Women’s Poems of Protest and Resistance. Honduras (2009-2014), 2015. Este último obtuvo dos Premios en los International Latino Book Awards 2016. Escritora invitada por el Fondo neerlandés para la literatura y la Alcaldía de Ámsterdam, 2015-2016. Su obra literaria ha recibido premios a nivel nacional e internacional. Poemas suyos han sido traducidos al inglés, árabe, neerlandés, francés, portugués y garífuna.

27/09/2021

O Clube de Leitura Reluz alia Literatura, Poesia e Meio Ambiente.

 


O Instituto Ambiental Reluz te convida para participar do seu Clube de Leitura, o Clube de Leitura Reluz. Esse coletivo objetiva reunir pessoas que amam os livros e a natureza e desejam compartilhar leituras, saberes, experiências vividas e referências literárias, integrando saberes e compreendo a interdependência dos diversos campos do conhecimento.

 

O Clube de Leitura Reluz é mais um instrumento utilizado para no cumprimento da missão institucional do Instituto de “promover e estimular os valores humanistas”, realizar “estudos e pesquisas” e “promover e incentivar iniciativas que valorizem a relação entre cultura, memória e paisagem, assim como a interação entre os saberes tradicionais e populares e os conhecimentos técnico-científicos”.

Os encontros são mensais, via zoom, e a participação gratuita.


Coordenadoras:

Profa. Dra. Renata Bomfim- Presidente do Instituto Ambiental Reluz.

Profa. Dra. Ester Abreu Vieira de Oliveira- Vice-Presidente do Instituto Ambiental Reluz.

Profa. Dra. Karina Fohringer- Conselheira Fiscal do Instituto Ambiental Reluz.

 

Quem quiser ingressar no clube de leitura envie um whatsapp para o número 

55+ 27 9 95747410


26/09/2021

Conexão Espanha: Poesias de Juan Manuel Rodríguez Tobal.

Juan Manuel Rodríguez Tobal 

MANZANAS


Arco frágil del canto.

Desde los dedos últimos del aire

el corazón de otoño:

grillos breves.

 

Abre otoño las aguas

sobre un fondo amarillo de manzanas.

Abre otoño las aguas y allí creces

como crece el espacio en ojos ciegos,

como crecen los labios olvidados

cuando la piel del mundo se aquieta en lo que besa.

 

¿Fue el gallo en su verdor

el canto nunca?

 

Arco frágil. 

                      Otoño.

Grillos breves.

 

Tal vez la terquedad de las manzanas

o el exceso de azul en lo que mira.

 

****

 EL ALA


Inmensa es la extensión

del ala herida.

 

Tú te adentras en ella.

Atiendes la palabra

que no será por nadie allí escuchada.

 

Tú dices la ceguera,

la blancura sin lindes

que no conoce sombra de la lluvia.

 

Saberse así perdido

en esta llama horizontal del canto.

 

Saberse no encontrado

por más que este sonido,

ebrio de soledad y de certeza,

en la oquedad del cielo

acaso exista.

 

El ala o el desierto.

 

Decir.

             La huella apenas

que prepara el camino

para los pies del frío.


****

LOS RÍOS


Todo se va con ellos:

el corazón,

la lluvia,

el peso de las flores.

 

También tus alas se hacen transparentes

cuando rozan su aliento

sin cuerpo todavía.

 

Todo se va con ellos.

El silencio que arde en la raíz del canto

y aquel que no es promesa

porque nada ilumina.

 

Ahora sabes mirarlos.

                                         Reconoces su muerte

como quien oye el vuelo

en la sombra de un pájaro.

 

La luz es un aroma cada día más tenue.

La luz en ti se cumple,

no termina.

 

Has perdido los ojos.

Ya no crees en la noche.

 

También la sed se marcha con los ríos.



 ****

En el pequeño huerto

alguien dejó una higuera.

Yo tenía piedad de aquellas hojas

a cuya sombra nunca debíamos dormir.

 

Yo no sé si hubo un huerto,

pero sé que guardábamos la llave

de un espacio que es hoy

mi verdad más segura.

 

Yo tenía piedad.

                               Bajo la mala sombra

su orfandad sin prestigio cobijaba

mi última soledad de criatura.



 *****

La primavera no te necesita.

Di una palabra ahora.

                                        El dolor, el amor

saben pocas palabras.

Igual que el sufrimiento.

 

Di una palabra ahora que aún no signifique,

una palabra mínima que nunca haya soñado.

Álzala por encima del sentido

como el anuncio de una conmoción

que no puede andar lejos.

 

La primavera no te necesita

y algo está por llegar que nadie sabe

porque no tiene nombre.

 

Di una palabra, di

su espejo anticipado. 



****

Estoy mirando ahora el mar inmóvil.

En otro tiempo

yo vigilaba la inmovilidad, 

vigilaba mis uñas 

por si acaso anduviera todavía 

algo de mí por ellas. 

Algo de mí, no yo. 

Sé que una vez estuve, sin embargo,

perdido entre mis uñas.

 

Estoy mirando ahora el mar inmóvil 

detenido en el agua de este vaso.

Es una piel distinta

de aquella otra del mar de la aventura,

pero me miro en ella: 

agua sin sal, sin sed, sin miedo casi, 

como un agua cansada de tanto corazón.

 

Estoy mirando el mar, miro mis uñas,

y no veo el lugar en que dejé de verme,

en el que algo de mí que no era yo,

y que una vez anduvo por mis uñas,

me separó del mundo.



 ****

Alguien viene a ofrecerme mi cuerpo

para que yo descanse.

Viene desde mí mismo,

cargado con los miembros brevísimos de entonces.

 

Hoy, que todo está helado,

alguien viene a mostrarme que no hay que descifrar

el misterio de la respiración

y de las esperanzas.

 

Viene con mi sonrisa a recordarme

que la felicidad

no fue temperatura de nuestra vida nunca,

y que siempre ha sabido reír nuestra tristeza.

 

Reír nuestra tristeza

(viene, viene)

por más que nunca hayamos

sobrevivido a ella.



****

Tardó una vida en despojarse

de cuanto había sido.

Se desprendió primero de las cosas.

Después de las certezas, las dudas, las razones,

de su hoguera exterior, de la vergüenza

de aquel último rostro sin infancia

en el que había dado con los años.

 

Pero no dijo adiós a la alegría,

no al resplandor sin sombra del misterio.

Sólo quiso ser fiel a la pobreza,

de la pobreza digno.

 

La muerte fue ocupando cada vez más lugar.

 

Como las amapolas,

dónde morir no supo

 


Juan Manuel Rodríguez Tobal (Zamora, España, 1962)

Poeta, traductor y profesor de lenguas clásicas. Perteneció en Zamora al grupo poético Magua Sociedad Literaria y fue editor de la colección de poesía “El sinsonte en el patio vecino” de la Fundación Sinsonte en la que aparecieron títulos de los poetas del Caribe Nicolás Guillén, Olga Sánchez Guevara, Aimé Césaire, Saint-John Perse, Aitana Alberti, René Depestre, Martin Carter, Nancy Morejón, Rei Berroa y Waldo Leyva. Ha publicado los libros Dentro del aire (1999, XVII Premio de Poesía Ciudad de Badajoz), Ni sí ni no (2002), Grillos (2003, Premio Internacional de Poesía San Juan de la Cruz), Los animales (2009), Icaria (2010), Esto era (2018) e Issa aliada (2021).

Sus traducciones de los poetas líricos grecolatinos, publicada en su mayoría en la colección de poesía Hiperión, conocen varias reediciones en España. Destacan entre ellas las de Catulo, Ovidio, Virgilio, Safo, Anacreonte y Teognis. Preparó una amplia selección de la lírica arcaica griega titulada El ala y la cigarra, así como de la poesía popular del mismo periodo. Ha traducido también al poeta suizo de habla francesa Philippe Jaccottet.

 

21/09/2021

Conexão América Latina/ Quito, Equador: Aleyda Quevedo Rojas

Aleyda Quevedo Rojas

 

CORALES

 

No importa la profundidad del descenso

o la imposible maleza derramada en el camino.

Es largo y frío el viaje sobre oscuros caballos.

Ejercicio de inmersión y belleza piadosa

hasta pisar altos jardines de coral negro.

Entre mi dolor –que conozco tanto desde el lodo-

 y el universo poco explorado por la falta de tus palabras,

me quedan flotando la impenetrabilidad de la música y la sal.

Las medusas atrapadas entre mis pestañas me jalan rápido.

Más no importa el precio del descenso.

Es necesario volver al camino consciente del miedo

y el aliento del océano golpeándome en la nuca.

 

          

  ESCRIBIR


Desde mi antigua ascendencia emocional escribir al amor que te tengo y que pasará. Manteniéndome leal a la lengua que hablo y escribo con método. Porque una se explica el mundo desde la lectura y el amor desde la experiencia del deseo. No sé amarte de otra manera que no sea escribiéndote. Más sé bien que tu amor pasará entre lluvia menuda. Escritura que en su duración nos hace temblar y luego se diluye en las laderas de la memoria. Escribir para nombrar mi deseo por vos, lo que yo creí intenso y en los breves días pasó, porque es imposible escribir de eso: lo innombrable del amor y su alcalinidad, lo que se ama y no se posee, la carne y la temperatura de un beso que jamás volveré a entregarte.

 


VIRILVIDRIO


Aún hierve el vidrio

en mi boca

la lengua indefensa

te busca

cristal fatídico

 

Destrozaste

mis labios

transparencia sin reemplazo.

 

 

ALGUNAS ROSAS VERDES

 

Esta mujer de hechizos

de mentiras y yeso

teje las medias

más cálidas

para el día de su muerte

 

Una cruz

una caja de madera

algunas rosas verdes esperan por ella

 

No hay temor a la muerte

Solo pido

sea justa.

 

 

¿Quién soy?

 

¿Quién soy?

Tal vez la mujer senos de ámbar

y pies helados que escribe versos

para reconfortarse 

Más la poesía 

solo logra descarrilarme

Como el tren rojo que soy

Ese tren que se abre paso

entre las montañas puntiagudas 

y difíciles de algún país

Ese tren que nunca llega 

a ninguna estación de humo

Esta mujer que emana voces

Trenes y más trenes

que me esperan

Versos para sobrevivir

¿Quién soy?

Quizá este cuerpo encendido

que aún guarda tus huellas en los pliegues.

 

Aleyda Quevedo Rojas

Poeta, editora, comunicadora, ensayista literaria y activista cultural, (Quito, Ecuador, 1972). Editora del catálogo digital de poesía Alfabeto del Mundo cuyos libros están disponibles para descarga sin costo en: http://lacastalia.com.ve/                  

https://edicionesdelalineaimaginaria.com/

Ha escrito y publicado 10 libros de poesía, cinco de los cuales tienen segunda edición en 5 países. “Cierta manera de la luz sobre el cuerpo” es la antología que reúne su obra. Obtuvo el Premio Nacional de Poesía “Jorge Carrera Andrade” con su libro: “Algunas rosas verdes”. Sus poemarios “Soy mi Cuerpo” y “Jardín de Dagas”, han sido traducidos al francés, y este último publicado en Francia.

Ha representado a su país en los más importantes encuentros, ferias del libro y festivales internacionales de escritores en Canadá, España, México, Argentina, Colombia, Nicaragua, Puerto Rico, Perú, República Dominicana, Venezuela, Francia, Cuba, Chile, Uruguay y Brasil. Ha sido traducida al francés, inglés, hebreo, sueco, portugués e italiano. Ha sido curadora y editora de una docena de antologías y libros de diversos autores de América Latina y el Caribe. Trabaja como consultora de comunicación y educación superior en artes. Colabora con la revista: www.vallejoandcompany.com

Conexão América Latina/ Honduras: Rolando Kattan

OVEJAS VERSUS CISNES

 Las ovejas son en el mundo al revés las nubes que contemplan las estrellas cuando se tienden boca abajo en su oscuro patio. Para nosotros las ovejas son de día, un dios hechizado de mansedumbre y de noche, se convierten en preguntas, en dientes y pendientes que nos muerden las uñas y andan a sus anchas en los patios del insomnio. Contar ovejas es un conjuro contra la tiroides de un demonio. Por eso las mañanas nos animan a sacarle punta a los lápices, a que vuelva la dentadura a la boca y llevar el rebaño de ovejas al manso corral de la rutina. Pero vuelve la noche y las ovejas me miran con sus ojos mansos y redondos y preguntan ¿Por qué veo en tus manos las manos de tu padre muerto? ¿Quién duerme en el espacio vacío de tu cama?

¿Cómo duele un equinoccio en la costilla? ¿Retoñará, alguna vez, un fruto de las palabras que plantaste como un árbol imposible? ¿Por qué sueñas con relojes de arena, si todo se va haciendo polvo?

Hasta que descubrí los cisnes negros y en lugar de las nubes vi el inmenso lago del cielo y cada cisne con su hermoso cuello de pregunta infinita me abrazaba extendiendo las alas. Los cisnes negros son en el mundo al revés, las estrellas que las nubes contemplan cuando se pasean por los lagos. Para nosotros un cisne negro es un manso ángel que no interroga, ni responde: en silencio y junto a ellos, somos nosotros la pregunta y te deja soñar con relojes de polvo, con el polvo que va quedando de tus días.

 


 TRATADO SOBRE EL CABELLO

 

todas las cosas grandes

inician con una idea en una cabeza despeinada

cómo pudo —por decirlo así— crear Dios el universo con una cabeza engomada

¿qué habría hecho Noé adentro del Arca con una cabeza de mayordomo

o Jesucristo en el Monte si sus cabellos no se hubiesen entrelazado con el viento?

 

Heráclito salió del río tan despeinado como Arquímedes de la bañera

y a Sócrates y a Platón les crecía sobre su calvicie una cabellera desorbitada

 

es sabido que Homero murió arrancándose los pelos de la desesperación

y que Cervantes Quevedo y Góngora se peinaban

como Shakespeare solamente el bigote

 

Juana de Arco ardió más fuerte en la hoguera por su aguerrida cabellera

y en la antigüedad

los primeros hombres en sembrar el café y el maíz

los chamanes y los sacerdotes

los que tallaron en las lejanas piedras los primeros poemas

todos son parte de los anónimos despeinados de siempre

 

después

a Newton lo despeinó una manzana

a Tomas Alba Edison la electricidad le puso los pelos de punta

Bach disimulaba su melena con una peluca

y Leonardo da Vinci se despeinaba también las barbas

 

todos los ángeles del cielo las hespérides las musas

las sirenas y las mujeres que saben volar

todos y todas tienen extensas cabelleras destrenzadas

 

en la historia reciente

Albert Einstein fue el más despeinado del siglo XX

y Adolf Hitler por supuesto

el de los cabellos más ordenados

 

pero las cosas grandes también son cosas sencillas

como aquellos que llegan su casa apresurados por despeinarse

o los niños cuando aprenden del amor despeinando a sus madres

es obvio que los sueños nacen en las cabezas dormidas

porque siempre están despeinadas

 

y los amantes que sobre todas las cosas se despeinan

cuando se besan y se aman

por eso les digo:

hay que desconfiar de un amor que no te despeina

 

 

 SEPULTURA DEL TACTO

 

Aquella habitación que, acaso, guarda ahora

solo el recuerdo vivo de un único habitante

Francisco Brines

 

Desde la soledad de las paredes

imagino la casa abandonada:

 

Una finísima capa de polvo

cae sobre los días, cosa fúnebre

sin familia;

 

comienza con la huella de tu pie

—calor desnudo sobre losa fría—,

después sepulta el tacto

hasta que un viento suave y laborioso

hace las veces de sepulturero.

 

Los muros atestiguan

el paso lúgubre de las arañas,

y en sus ladrillos quedan

discusiones, rutinas y costumbres.

 

Los boleros que tanto te gustaban

se lamentan en esas manchas húmedas,

y recuerdan que aquel repella y pinta

siempre fiel al servicio de la muerte.

 

A las paredes las destruye el tiempo,

en sus escombros me hallarán.

 

 

KIRIBATI


 Kiribati es una isla en medio del océano Pacífico

integrada por un grupo de 33 atolones coralinos y una isla volcánica

(Banaba) según lo han escrito en la Wikipedia

siempre quise escribir sobre esa isla

quizás algún poema que titulara: «Viaje imaginario a Kiribati»

pero Kirabati ya no es el futuro

desde 2011 es el último lugar del planeta

en dar la vuelta al calendario

después de ser el primero

y lo que yo quería era estar un día delante de la vida

viajar a Kiribati el día de mi muerte para no morirme

ser el primero en decirle te amo a una mujer en un año nuevo

quería viajar al futuro para encontrarme al niño que habité en el ayer

y guardar como en una bolsa de canicas

24 horas más para hacer lo que quiera

Kiribati decidió de pronto ser el pasado

ya no quiero ir a Kiribati



 ÁPSIDES 3

Desaté la soga de una barca en el muelle; su mansedumbre y su silencio me recordó la imagen de un elefante echado, en cautiverio. Le leí poemas deshaciendo los nudos que la ataban, luego la vi alejarse mar adentro.

Desde entonces escribo para liberar a otras barcas atrapadas como animales blancos, invito a los barcos de vela a declararle su amor a los pianos; el amor es posible. Yo me enamoré de una barca atada en el muelle, una barca que nunca partirá.


ANIMAL NO IDENTIFICADO


no entraron en el Arca:

 

las jirafas

que en un principio tenían el cuello corto

y que cabizbajas andaban por la selva anhelando

las hojas más altas

 

el Dodo y el Solitario de Rodríguez

que olvidados en las islas inhabitadas del océano Índico

renunciaron a la divina gracia del vuelo

 

los cisnes negros

porque no fueron creados por Dios sino por un poeta

 

todos los peces

las grandes ballenas

y los más pequeños organismos

en el ojo de una niña que llora

 

tampoco los dragones unicornios y pegasos

de las aves solo las domésticas

las gallinas los gansos los patos el gallo

y como consta en las Sagradas Escrituras: la paloma

 

se quedaron afuera los centauros

las nereidas los faunos y los animales esféricos de Borges

 

porque eran muchos y muy grandes

también

la mayoría de los dinosaurios

pero de todos los animales que entraron

no reconozco al animal que recorre mi cuerpo

 

Rolando Kattan (Tegucigalpa, Honduras, 1979) es poeta, gestor cultural, miembro correspondiente de la Real Academia Española de la Lengua y miembro de número de la Academia Hondureña de la Lengua. Ha publicado nueve libros, el más reciente Los cisnes negros (2021), ganó en septiembre de 2020, el XX Premio Casa de América de Poesía Americana. Su obra ha sido traducida parcialmente a más de una docena de idiomas.