Hoy recebí un NO rotundo,
que
me dejó
recia
como un toro ibérico,
aguerrida
como un león rampante.
Saboreé
cada letra de la pecaminosa palabreja
con
delicadeza, elegancia,
sin
ceder un ápice de las buenas maneras:
vino
amargo en copa de perfección baccarat.
Me
acordé de mis hermanos escritores que,
antes
de mí, soportaron el mismo agravio:
Proust, Joyce, Stephen King, el amigo
atraído
por los gatos Edgar Allan Poe...
Desdichado
de aquel que desdeña
el
dulce sabor de estimular,
no
sintió en el cielo de la boca
la
textura tierna de la cortesía,
ignora
el poder de la colaboración social...
continúo
tan lozana y mis cabellos son casi de oro!
Entrego
a todos mi cariño
y
prometo seguir intentando
encontrar una editora.
Renata Bomfim
Lisboa, 03-09-2013
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