Los
hombres sí lloran
Los hombres lloran
porque el alma no tiene sexo;
porque se percibe el dolor,
tanto en cuerpo de hembra
como en cuerpo de hombre.
Los hombres lloran
porque nunca aprendieron la lección
de que los hombres no lloran.
Los hombres lloran
porque las lágrimas
se rebasan en las pupilas
y no en los órganos blandos.
Los hombres lloran
desde su nacimiento,
porque hembra y hombre,
al nacer lloran.
Los hombres lloran
porque en ellos habita
el recuerdo del niño
que una vez fueron
y los niños sí lloran.
Los hombres lloran
porque la muerte perfora
la suave tela inmaterial del alma
cuando asoma sus fúnebres ojos
en los ojos de los seres que amamos.
Los hombres lloran
porque nunca aprendieron la lección
de que los hombres no lloran.
Porque aprender la lección de no llorar
es aprender la lección de dejar de ser
hombres.
*
Jano
cierra los ojos de su rostro anverso
…Y me dejé mecer por las palabras
Como
niño en brazos de su madre
El amor, como un ave,
Volaba sobre nosotros,
Que de vez en cuando alzábamos la mirada
Y nuestros ojos, los tuyos y los míos, seguían aquel
vuelo
Que el pincel de un momento dibujaba en el cielo.
Ahora cerramos los ojos para abrir los recuerdos,
Y es más fácil soñar;
Las manos sobre el mentón, inútiles,
Encierran en su piel un recuerdo táctil
Por eso cerramos los ojos,
Intentando reconocernos,
Cada vez que usamos las manos
Para acariciarnos la cara.
*
Soy aficionado a la literatura desde los diecisiete años. Desde entonces he incursionado en el género de la poesía. Algunos de los temas que abordo en mis poemas son el Amor, el erotismo en su dimensión hedonista, el ser humano víctima del espacio y el tiempo, el presente como plataforma única de existencia física, los sueños como complemento de aquello que no nos permite el presente, es decir, como sitio donde es posible sentir sin hacer uso del tacto. Soy un admirador de las novelas y los cuentos de Julio Cortázar, las rimas y leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer, la poesía de Carlos Martínez Rivas, y un largo etcétera que no podría aquí enumerar.
Nenhum comentário:
Postar um comentário