Estimado lector, a quien Renata Bomfim dedicó su Colóquio das árbores; si has llegado hasta aquí recorriste un camino cuajado de paisajes bellos y abruptos. Desfiladeros profundos y llanuras cubiertas de abundante vegetación. Agua renovando su ciclo y alguna aridez que parece puesta a propósito para resaltar el resto. El ser humano habita esos paisajes sometiéndose, tratando de dominarlos. En Colóquio das árbores, el EU de Renata Bomfim ha tomado las riendas. Es un libro muy EU, el más EU de los suyos, pero de un EU ya maduro, capaz de definir y concretar. Cuando pinté su “retrato activo” desconocía estos poemas, y me veo obligado a aumentar el ángulo de mi punto de vista. Las razones de su poesía siguen siéndolo, pero la catarsis que aquí hace las transforma. Sus fantasmas vuelven una y otra vez, más ella los espanta con su ironía ácida, con su temple de genuina tupi capixaba. No se puede olvidar, porque ella no lo olvida, que Renata Bomfim es mujer; hembra en el sentido excelso de la palabra. Hace bandera de lo femenino y la enarbola subida a la solidaridad con el hombre, sirviéndose del fragor de su palabra escrita. Renata Bomfim es militante de la equivalencia, de la paridad de géneros, y lo es desde que adquirió conciencia de ser, lo que sucedió muy temprano.
En Colóquio
das árbores, Renata resurge metafórica y simbólica, pagana; fuego purificador y
cenizas fertilizantes: terriblemente humana. Abre sus heridas para que salga el
dolor. El dolor sale a borbotones, pero sus heridas no se cierran, quedan
limpias y abiertas, presentes, como recordando, a modo de aviso: nada está
decidido. En algunos poemas asoma la erudición, pero Renata la utiliza únicamente
por la función ejemplarizante. Su tiempo y su espacio se acentúan, se expanden,
se unifican, avanzan juntos. Está aquí y allá, arriba y abajo; abre la puerta a
la queja y se hace fuerte contra la realidad de los afligidos. Para Renata, la
poesía no es el fin, la poesía es el medio de que se sirve para decir su
interior abarrotado de ideas beligerantes, colaboradoras, factibles. Pensadora,
filosofa sobre todo lo que se mueve y lo que está quieto, sobre lo existente y
lo posible. Trata de entender, de abarcar de aprehender todo lo imaginable.
Dual hasta más no poder, toma partido por el bien y por el mal al mismo tiempo.
Violencia verbal, crudeza, veneno en las palabras, hiel. Pero en ella el más
feroz de los ataques es solamente una de sus aguerridas defensas. Quien es esta
mujer que así se expresa? Quien es la terrible leona que ronronea como gatita?
Estimado lector, esta poetisa bárbara e indígena, esta artista global que
muerde y besa a un tiempo en sus poemas vivos, ardientes, sangrantes, conciliadores,
balsámicos; esta mujer indefinible es Renata, Renata Bomfim.
Y este libro
que acabas de leer, formado por cuatro poemarios que se hacen unidad porque la
voluntad lo quiere, este libro que no deja espacio a la indiferencia, es el
imposible y necesario “Colóquio das árbores.”
Pedro Sevylla de Juana
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