13/06/2016

Exaltación del SOL: poema en diez actos (Escrito por Renata Bomfim/ Traducción de Pedro Sevylla de Juana)


I
Fui actriz.
Lo recuerdo aún:
Noches de estreno,
Luces, escenarios, aplausos, vítores.
Se podía creer que yo era
Exactamente
Quién fingía ser.

Actué en los proscenios de la Isla Mundo
Siendo yo y siendo
Ligeras
variaciones de mí misma.

Cuando las luces borraban su esplendor
Bebía el Sol que traía oculto
En un frasco al fondo de la bolsa.
Bebía la luz densa y flexible sintiendo despuntar el día.
Pensaba: hoy
hasta lo inédito es invulnerable.

En aquel mundo
Manos ávidas se apoderaban del brillo crujiente
desprendido del Sol al transformarse en día.
Seductor, el astro inclinaba en mi dirección
La pelirroja cabellera.
−Te quiero aquí! Te quiero en mí! Te quiero!
Las palabras brotaban límpidas de mi boca
Como si un líquido filón de agua fresca
brotara en pleno desierto:
Te amo!, te quiero!

Entre los dedos goteaba, viscoso,
El fruto preliminar del deseo.
Yo era la prometida inexorable y permanecía
Vestida de luz.
Las nupcias celestes, paradisíacas.
Nuestros cuerpos serpentearon enroscados
como rayos fulgentes.

II
Sentados a la mesa
Presidencial del banquete.

El garzón, impecablemente uniformado
Guantes blancos impolutos
Sirvió, caliente, sazonada, la carne glútea de un ángel.
Usted, mi enamorado, que me prometía
En propiedad el Edén,
me obligaba a comer bistec de ángel.
Soportaba el horror de sentir entre los dientes
El delicado agasajo,
Delicia, transgresora transgresión, pecado
Suave, esponjado, blando y sabroso.
Mi lengua analizaba la textura del cuerpo sagrado,
Mi sangre se convirtió en vino de alta graduación,
Sabor y aroma robustos.
Salivé miel y excreté delikatessen.

III
Elevo los ojos mucho más allá
De lo desconocido.
Y ese cielo ficticio, con el Sol que arrastro y soporto,
Penitente yo sin culpa,
Existe inexistente.
La fabulación es oficio (arduo y fatídico)
Fabulo para no morir y canto
Cantiga antigua, canción de amiga, amorosa
Trova enamorada.

Quiero palpar el mañana,
El día es la alargada prolongación del sueño.
Canto al amor que traigo desde el origen
de la célula duplicada, escindida,
Amor que continúa dentro y que grita
Toda mi boca abierta en desgarro,
Calentura, ansiedad y deseo irrefrenable
de otra boca ardiente de pasión.
Mi ser se estremece en fuertes sacudidas
dentro del sistema universal,
No encajo en mí, no me ajusto!
Pechos, cintura, muslos; convulsiono!

Estoy desnuda de certezas,
El amor me habita
Siento la llegada inminente del seísmo
Maremoto, tsunami!
Por fin sucede, sucede y sucede.

IV
La vida resulta corta, insuficiente.
Los días no caben en los escasos momentos de satisfacción.
Canto como quién grita en la oscuridad
Sin escuchar el aleteo
Entusiasta de la propia vida.
El sueño, que ensancha y prolonga la vida
coloreando el acto mismo de vivir, no despierta.
Ceguera.

Llevo la mano al seno, noto vibrar la carne aún caliente,
Siento el cielo como si volara en el vacío.
El espacio es un agujero, no hay nada más allá de las nubes.
Recuerda mi dibujo escolar titulado: Cielo con nubes!
Imagino y no encuentro
la posibilidad inmediata de volver a cantar
ese himno excelso
sinfonía recién concluida.

V
Sentía el cansancio de portar conmigo
El imprescindible, vivificante Sol.
Acunaba el astro entre los brazos
-maternal cuidado- como si
de él dependiera la vida toda,
como si el fuera toda la vida.
Las tinieblas pesaban como pétreos pétalos de rosa.
El sol pesaba quemando las palmas doloridas
de mis manos.

Era preciso plantar el astro antes de que explotara:
En ese instante sentía el Sol
Como potentísima bomba estelar!

Camino tarareando la música del pájaro y de la araña.
El Sol se muestra rubicundo como un todo ardiente,
Plantar el Sol es mi mayor responsabilidad.
Útero Sol.
Causa del mañana acercándose,
Justificación de mi vientre pariendo alboradas,
Razones de mi cuerpo desmenuzado por los sueños.

Cae la noche.
El Sol no echa de menos la luz que perdió,
No la necesita.

Sombra amiga, cuánto abarca mi ser día?
Cuándo es tiempo de cosechar rosas?
La estrella da vuelta a sus puntas,
Hay desesperación en los dedos de mis pies.

VI
Corté la cebolla.
Los ojos exploraban la cocina.
Cada objeto guarda un secreto.
Hay momentos en que el tintineo de las cucharas
descubre la presencia de espíritus.
Corté la cebolla y coloqué en la cazuela
Caliente Aceite y ajo.

El fuego encendido, vivo, evocaba un frío de ausencias.
Recordé la hierbabuena y la pimenta.
El verde y el rojo dispusieron un tiempo
De colores y aromas radiantes en la mesa.
La felicidad regresaba
Como un muerto resucitado por la memoria.

VII
Ya fui princesa en el devaneo de la nostalgia.
Ya fui princesa.

Palpé la poesía
Vislumbré lo envidiable de una presencia.
Las sombras no permiten olvidar mi filiación.

Cayó la máscara.
Bajo el barniz otra máscara y otra y otra.
La soledad desafía, bajo el no-rostro, tu rostro frío.
La luz débil se proyecta en el suelo que se abre
Siento el mundo dentro de mí,
Veo las entrañas de la tierra.

Fui mujer cuando las mujeres no sabían
Que necesitaban acarrear el Sol.
Fui mujer cuando no existían mujeres ni hombres,
Sólo seres.
La noche posee una razón desprovista de verdad,
Las sombras se agitan de voluptuosidad y energía.
Fui mujer probando la delicia de ser ese no ser.
Ignoraba que las sombras eran hijas del día adormecido.

Aún lo recuerdo: en mis sueños fui princesa.

Avancé por lugares distantes llamándote y llamándote,
Deseando pertenecer a tu familia.
Quería situar tu nombre junto al mío,
Esa cercanía me iba a garantizar que nuestros cuerpos
permanecerían unidos durante toda la eternidad.
Soñé, soñé, soñé
La realidad reveló que el día no acaba nunca.


VIII
Nadie en la casa, nada aún en ella.
El sol extendido sobre la mesa, ilumina el ambiente,
Un ángel se retuerce en mi interior.
Falta algo.
El Sol está ausente del esplendor esplendente,
El Astro Rey perdió su poder.

Las calles desiertas.
Las personas ancladas en el laberinto de sus
Propias soledades.
Las paredes de las casas atesoran las últimas
palabras pronunciadas.
El hombre caerá en la espiral del olvido.

-Te amo!
Oigo a los escombros gemir como si fuesen carne y sangre.
-Te amo!
Viví el hueco de la casa eterna, eternamente vacía.
Aquí y ahora necesito tu presencia,
Exijo que tu cuerpo etéreo se materialice.

IX
El Sol es una añoranza llenando el tiempo.
Luché para tener un Nombre,
Colmé la cabeza de teorías
Las paredes cubiertas de diplomas
Muestran mi fracaso,
demuestran que erré.

Soy alguien cuando tu cuerpo rasga mis estratos internos,
Penetrando mi integridad,
Fertilizando mi esencia,
Diversificando ese ente que hoy brilla dentro de mí.


X
Salió de mi boca la palabra silente
Y voló hacia lo inefable como una paloma en busca
De otra palabra callada.
Caí de rodillas
Recé incrédula salmos encantados
Convencida del poder mágico de la voz dicha
En el momento adecuado:
Hembra final, solemnicé el momento, danzando alrededor
De las palabras innombrables

Que el Sol iba evaporando.

09/06/2016

Humor e amor em Carmélia Maria de Sousa, a cronista do povo (palestra pública com a escritora capixaba Renata Bomfim)

“Não tenho queixas da vida, porque ela ainda me dá razões 
para olhar as estrelas e repetir em silêncio o nome de Deus”

(Carmélia Maria de Sousa).



Carmélia Maria de Sousa (1936- 1974), a “cronista do povo”, como ela própria se intitulava, é uma cronista capixaba cuja obra é marcada pelo seu tempo, pois a escritora surgiu no cenário literário em 1958 como a voz da contracultura. Ela foi considerada por Agostinho Lázaro como uma das melhores cronistas do Espírito Santo e por Francisco Aurélio Ribeiro como sendo a responsável por popularizar a crônica escrita por mulheres no Estado. Carmélia possui uma escrita carregada de ironia. Mas, a obra dessa escritora extrapola o seu tempo e se renova, pois, é toda permeada pela poesia e fala de amor, de solidão, de esperança, e de outros temas que evocam vivencias que nos irmanam independente do tempo. De forma engraçada, Carmélia “espinafrou” a alta sociedade em suas crônicas, ela era uma mulher com personalidade forte e coração sensível e bondoso, segundo o depoimento de vários intelectuais que foram seus amigos, entre eles Milson Henriques e Amylton de Almeida. Falar de Carmélia Maria de Sousa, além de uma alegria, é uma possibilidade de compartilhar um olhar sobre a sua obra que está reunida em um único livro chamado Vento sul, publicado postumamente.

Palestrante: Renata Bomfim
Nasceu na Ilha de Vitória/ ES (21/11/1972). Escritora mestre e doutora em letras pela UFES, ocupa a cadeira nº 16 na Academia Feminina Espírito-Santense de Letras e é membro do Instituto Histórico e Geográfico do ES. 

Palestra na Biblioteca Pública do Espírito Santo, dia 14 de junho de 2016, às 17 horas.
Av. João Batista Parra, 165 – Praia do Suá – Vitória – ES
Telefone: (27) 3137- 9351
Facebook: Biblioteca Pública do Espírito Santo

06/06/2016

Solares: poema em dez atos (Renata Bomfim)

I
Fui atriz.
Lembro ainda:
Noites de estreia,
Luzes, cenários.
Podiam ver que eu era
Quem fingia ser.

Atuei nos palcos da ilha mundo
Sendo eu e sendo outras de mim.

Quando as luzes se apagavam
Bebia o sol que trazia escondido
Em um frasco dentro da bolsa.
Bebia a luz densa e flexível sentindo raiar o dia.
Pensava: - hoje o inédito está vulnerável.

Naquele mundo
Mãos ávidas agarravam o resto de brilho
Que se esvaia do sol que se tornara dia.
Sedutor, o astro balançava na minha direção
A ruiva cabeleira.
−Te quero aqui! Te quero!
As palavras brotavam límpidas de minha boca 
Como se um veio d'água nascesse em pleno deserto.
Te quero!

Entre os dedos gotejava, viscoso, o desejo.
Eu era noiva então e seguia
Vestida de luz.
As núpcias.
Nossos corpos serpentearam enroscados
como raios.

II
Sentamos à mesa.

O garçom serviu, quente, a carne de um anjo.
Você, que me prometera o paraíso, me obrigava a comer carne de anjo.
Eu sentia o horror de ter entre os dentes aquele pequeno mimo,
Delicia, transgressão macia e...
Minha língua analisava a textura do santo,
O meu sangue tornou-se vinho. 
Salivei mel e excretei delícias sem nome: 
Ainda éramos inocentes!
O anjo fora preparado com ingredientes frescos
Colhidos no que se tornaria a eternidade.

III
Elevo os olhos para além 
Do conhecido.
O céu fictício, com o sol que carrego penitente,
Existe inexistido.
A fabulação é ofício (árduo e fatídico)
Fabulo para não morrer e canto
Cantiga antiga, de amiga, de amor.

Quero apalpar o amanhã,
O dia é o prolongamento do sonho.
Canto o amor que trouxe desde a célula duplicada
Amor que continua dentro e que grita a minha boca aberta, 
Quentura, ansiedade e desejo por outra boca quente.
O meu ser convulsiona dentro do sistema,
Não me encaixo!
Caixa, coxa, convulsiono!

Estou nua das certezas,
O amor me habita,
Convulsiono!

IV
A vida anda curta.
Os dias não cabem no teu momento de contentamento.
Eu canto como quem grita no escuro e não escuta a própria vida.
O sonho que prolonga a vida e o viver não acorda.
Cegueira.
Levo a mão ao seio, sinto a carne quente que vibra
Sinto o céu como se voasse no vazio.
O céu é um buraco, não há nada além de nuvens.
Desenho no céu com as nuvens!
Imagino e não vejo possibilidade de voltar a cantar.

V
Estava cansada de levar comigo
O sol.
Guardava o astro entre as mãos como se
dele dependesse a vida.
As trevas eram pesadas como pétalas de rosas.
O sol pesava e queimada a palma ressentida de minha mão.

Precisava plantar o astro antes que ele explodisse:
O sol é uma bomba!

Caminho cantarolando a música do pássaro e da aranha.
O sol está rubro como um tudo,
Plantar o sol é a minha maior responsabilidades.
Útero sol.
Razão do amanhã.
Razão do meu ventre parindo alvoradas,
Razões do meu corpo retalhado pelos sonhos.

Cai a noite.
O sol não se arrepende da luz que perdeu.

Sombra amiga, qual a medida do meu ser dia?
Qual o tempo da colheita das rosas?
A estrela gira suas pontas,
Há desespero nos dedos dos meus pés.

VI
Cortei a cebola.
Os olhos percorriam a cozinha.
Cada objeto guarda um segredo.
Há momentos em que o tilintar das colheres
Evoca espíritos.
Cortei a cebola e coloquei na panela quente
Óleo e alho.

O fogo aquecido evocava o frio de uma ausência.
Lembrei da hortelã e da pimenta.
O verde e o vermelho enviaram um tempo
De cores e aromas felizes para a mesa.
A felicidade estava de volta
Como um morto revivido enviado pela memória.

VII
Já fui princesa no devaneio de uma saudade.
Já fui princesa.

Toquei a poesia
Vislumbrei o invejável de uma presença.
As sombras não deixam esquecer a minha filiação.

Caiu a máscara.
Sob o verniz outra máscara e outra e outra.
A solidão desafia, sob o não-rosto, o teu rosto frio.
A luz fraca se projeta no chão que se abre
Sinto o mundo dentro de mim,
Vejo as entranhas da terra.

Fui mulher quando as mulheres não sabiam
Que era preciso carregar o sol.
Fui mulher quando não existiam mulheres e nem homem,
Apenas seres.
A noite possui uma razão desprovida de verdade,
As sombras brincam de volúpia e potência.
Fui mulher ensaiando a delícia de ser esse não ser.
Não sabia que as sombras eram filhas do dia adormecido.

Lembro ainda, fui princesa nos meus sonhos!

Caminhei por lugares distantes repetindo o teu nome,
Desejando pertencer a tua família.
Queria o teu nome junto ao meu.
Assim, garantiria que nossos corpos estariam unidos pela eternidade.
Sonhei, sonhei, sonhei.
A realidade revelou que o dia dura um tempo colossal.

VIII
A casa continua vazia.
O sol está sobre a mesa, ilumina o ambiente,
Um anjo se revira no meu dentro.
Falta algo.
Falta o sol no auge do esplendor,
O sol perdeu a potência.

As ruas estão vazias.
As pessoas desapareceram no labirinto de suas
Solidões particulares.
As paredes das casas guardam as últimas palavra pronunciadas.
Os homens entraram na espiral do esquecimento.

−Te amo!
Ouço uma ruína gemer como se fosse de carne e sangue.
−Te amo!
Vivi o vazio da casa eterna-eternamente vazia,
Necessito do teu estar aqui,
Necessito que o teu corpo etéreo se torne realidade.

IX
O sol é uma saudade dentro de um tempo.
Lutei para ser alguém,
Enchi a cabeça de teorias,
As paredes plenas diplomas mostram
Que fracassei

Sou alguém quando teu corpo raspa as camadas do meu dentro,
Penetrando o meu uno,
Fertilizando o meu simples, 
Pluralizando esse isso que hoje brilha dentro de mim.

X
Saiu da minha boca uma palavra
E voou para o inefável como uma pomba em busca
de outra palavra.
Meus joelhos se dobraram
Rezei sem fé palavras encantadas,
Crente no poder do dizer:
Femeamente celebrei e dancei ao redor
Das palavras: inomináveis!


**Renata Bomfim

Vitória, 06-06-2016

03/06/2016

EN EL CORAZÓN DE BRASIL (Epílogo da obra poética Brasil: Sistoles y Diástoles, de Pedro Sevylla de Juana)


Como has podido ver, lector, “BRASIL, Sístoles e diástoles” es un libro singular, decisivo, concluyente. Originalidad al servicio de una prosa y una poesía hermanadas: relatos autónomos cerrando cada apartado, y un poema con introducción y conclusión explicativas. Destacan en el libro, aspectos como el engarce de los elementos constituyentes, la cimentación de una cosmogonía que convierte al yo lírico en poeta/profeta, poniendo la mirada y la intención en cuestiones sociales como la pobreza y el hambre, de modo que enfrenta a los lectores con sus propios conceptos y sentimientos humanos. El ejercicio convivencial se instaura en la interrelación y en las palabras que la propician, empujando a los humanos -viajeros estelares- por caminos inusitados.
Un texto debe ocultar a la primera mirada, al primer encuentro, “la ley de su composición y las reglas del juego”, como destaca Jaques Derridá en “La Farmacia de Platón”. Así nos encontramos con un Pedro Sevylla muy diferente al de sus obras poéticas anteriores: artífice múltiple, objeto de interpretaciones diversas y complementarias. La especial característica de esta obra me inclinó a optar por una lectura crítica, que no pretende desnudar sus significados más íntimos, ni dominar su entramado; antes bien fluir con el lirismo fluente, degustando el sabor agridulce de la escritura.
El escritor español, al referirse al Brasil, muestra sus vivencias, fruto de la captación de los ritmos, sabores y colores de un País, el mío, que no permite una fácil definición. Para ese cometido, fue preciso que Pedro Sevylla explorase el devenir brasileño, caminando por campos y ciudades, entrando en el pensar de las gentes, lo que permite a las palabras expresar la agitación del corazón. Estoy segura, lector, que como yo, usted sintió la energía que une amorosamente, los campos de trigo de Valdepero, en España; con la Mata Atlántica, en Brasil.
Me siento feliz por haber recorrido la senda creativa del autor en la composición de esta obra. La curiosidad por la cultura, permitió escrutar, como buscador de oro, plata o diamantes, las riquezas de cada región brasileña, hasta llegar a Vitória, ES, atraído por la Ley de la Gravitación Universal; desde cuya Bahía ascendió el “Nova Era”, su velero cósmico.
Estamos ante el creador de un hombre análogo y diverso: pan hecho de las harinas de todos los cereales –igual composición distinta estampa- cuando aún no existía la especie humana. Conformado el hombre, viene la necesidad de crear a Dios. En el poema “El primer principio”, la mente descansada crea un Ser “único y primigenio”, y a partir de ese acto fundacional, puede poner en marcha, con todas las prevenciones posibles, la “Sociedad Global”.
En las “noches mágicas y míticas”, la mujer amada surge en los sueños imprecisos y repetidos del yo lírico. Soñando con el eterno femenino el milagro sucede: “El triunfo de la primavera”. Música, color y bienestar, pasan a formar parte de ese Universo que, antes solo conocía los “hielos invernales”. Al fin, el paraíso está completo y Pedro Sevylla nos facilita la introducción a un nuevo “Génesis”, basado en “parábolas ya olvidadas y viejos símbolos actualizados”.
La “Utopía llega a ser alimento y esperanza de criaturas quebradizas” que, sedientas de amor y justicia distributiva, ansiosas de sembrar ”la paz, el perdón, la valentía, la libertad”, inician un camino en busca de sí mismos. El “economicismo” hace que el corazón del yo poético “se agite de agonías”, la economía de mercado empuja la deriva de los continentes y “acelera el paso del Universo”. El “hambre” dos sílabas tan solo, se vuelve palabra de orden en un “recuento incesante de la realidad trágica”.
Ante ese escenario el yo lírico se posiciona. El poema “Vengo a decir” apunta al origen del problema: “las carencias de los necesitados parten de la mala distribución de la abundancia”, el yo poético exige leyes que acaben con la acumulación y el despilfarro. Es el “grito” del hombre decidido, el que da voz a las criaturas humanas y no humanas. La humanidad necesita avances, ese es el movimiento de Diástoles, expansión que convierte la vida en arte y el arte en vida. La proximidad ansiada acerca al poeta al “Solar da Ester”, Ester Abreu, anfitriona solícita; y al espacio acogedor de los amigos brasileños. Emergen como espacios privilegiados de la inspiración de Pedro Sevylla, Os Sertões, São Paulo, Rio, Bahia, Pernambuco, Espírito Santo y, especialmente, la Isla de Vitória. Es ahí, donde conoce a personas admirables, cargadas de ilusión, visitando las turbadoras Comunidades Verticais; y a esforzados intelectuales de la investigación, la creación y la docencia.
El poema “La Victória del deseo” revela el ambiente plural y misterioso, en el que Leda ama a los Cisnes Blanco y Negro. Quizá el bien y el mal, buscando sintonía, se equiparen en una poética que pide equilibrio y armonía. “La eterna fugacidad” del encuentro y del amor se explicita y, así como la brisa, el objeto amado se va, dejando en el aire solo un rastro perfumado. El yo lírico explaya sus sueños y dialoga con Manuel Bandeira, Carlos Drummond, Cecilia Meireles, Hilda Hilst, Castro Alves, Gilberto Freyre, Euclides da Cunha, Guimarães Rosa; a quienes ha leído y traducido al castellano como testimonio de admiración y aprecio literario.
Conferenciante, también, sobre su propia obra en la Universidade Federal de Espírito Santo; el conocimiento de sí mismo acerca al poeta a la revelación: momento epifánico en el que vislumbra “El rostro del Universo”: carne, sangre, espíritu; belleza que es el canto del alma innombrada. Pero, esa no es aún la visión concluyente del misterio universal, pues, acercándose a la faz de la belleza, el poema se acerca a la hondura de un beso de eternidad, donde vislumbra también, el imposible fin de ciclo. El poema Morí lidia irónicamente con la Gran Dama de dedos de terciopelo: no hay miedo ni arrepentimiento ante la muerte.
Transmutado por las experiencias vividas a intervalos desiguales: amor, dolor, desilusión y esperanza; siguiendo impulsos razonados y emocionales, el yo lírico cumple su destino. Todo fin presupone un nuevo comienzo. Así, el poeta intensifica “la búsqueda de la cruz de la armonía/ vacilante/ equilibrada/ activa”, lanzando la rúbrica de su firma como una flecha. Da soporte a todo gesto, el propio principio activo: “Lucha hasta el equilibrio es mi divisa”.
“El vuelo del velero Nueva Era”, largo poema épico, da fin a la parte poética del libro. Entre vibrantes ejecuciones musicales, describe la desesperada huída y el esperanzado retorno a este planeta nuestro, herido de muerte por la acción destructiva del hombre. Un hombre que es culpable y víctima inexorable. Un planeta sumido en la angustia de la mayoría, empobrecida por la acumulación extrema de las riquezas. El vuelo del velero recorre el espacio existente entre la escapada del desastre y el regreso a un planeta reverdecido, casi intacto.
Renata Bomfim
Es Mestre e Doutora em Letras pela Universidade Federal do Espírito Santo/UFES. Escritora, ensaísta, poeta e acadêmica da Academia Femenina Espirito-santense de Letras, cadeira 16. Membro do Instituto Histórico e Geográfico do Espírito Santo e da Academia Mateense de Letras. Educadora socioambiental e editora da Revista literária Letraefel.

Rútilo Nada: novela de Hilda Hilst


Hilda Hilst: Caderno de Literatura Brasileira



13/05/2016

Brasil: Sistoles e diástoles, livro de poemas bilíngue de Pedro Sevylla de Juana


Brasil: Sístoles y diástoles
Obra bilíngue (português- castelhano)


Amigos, segue a indicação de mais essa obra poética de Pedro Sevylla de Juana, amigo pessoal e tradutor da minha obra para o espanhol. O bardo espanhol lança sobre o Brasil uma mirada poética desvelando as belezas e os contrastes dessa nossa terra. Como o nome do livro já indica, palpita em cada verso do poemário a emoção de um eu lírico que observa e sente, do Brasil, cada detalhe da geografia, da cultura, dos costumes, dos diversos biomas e do material mais estranho e espetacular que possuímos, o brasileiro. 
Vele destacar o que o Espírito Santo e a sua capital, ocupam um lugar destacado na poética de Pedro, que aqui esteve em 2103 se comunicando em português, viajando para as montanhas, passeando por Camburi antes que o sol despontasse. 
Me alegra muito ter escrito o epílogo de Sistoles e diástoles. lancei um olhar para essa obra como que viajando em um veleiro de papel, sem preocupações com o tempo e nem com espaço, buscando aquilo que ela toca de mais profundo e transcende as barreiras da língua e as fronteiras nacionais, buscando o arquetípico e o eterno.
Renata Bomfim

Cerebro y corazón a partes desiguales, los poemas de Pedro Sevylla de Juana en este su vigésimo cuarto libro, son flexibles. Sístoles y diástoles en la forma, se van conformando a borbotones ordenados. Expansión y contracción del tiempo y del espacio, el poeta persigue un imposible punto de fusión definitivo. Trata de ser su poesía imagen y expresión del Universo íntegro; y el yo poético, sincero como premisa única, persigue expandirse en plena libertad. Sinceridad y Libertad le traen donde está. Y asegura que entre sus convencimientos y él, elije a sus convencimientos. “Conquistó mi reverdecido interés el Universo inconcluso. Trazando van las estrellas su vía esplendorosa hacia la nada inagotable, estadio final que no es más que el principio de una evolución sin término -sístoles y diástoles, rotación y translación- eternizada por la sublime entrega del general convenio, a la euritmia que origina las conocidas músicas estelares, luz de luces titilando.

08/05/2016

A escritora capixaba Renata Bomfim falará sobre sua obra poética na III Feira Literária Capixaba (FLIC)

Amigos leitores, 

A Flic está de volta na sua terceira edição. Esse ano tenho a alegria de participar de vários momentos da Feita. Essa é uma boa oportunidade para nos encontrarmos para um bate papo sobre poesia. Depois de ter participado da banca julgadora do concurso de poesia que teve como tema o chocolate, e me deliciado com os textos, participarei das seguintes atividades:

No dia 12/05 (quinta-feira), às 14:30 horas estarei falando sobre a minha obra poética e sobre o Colóquio das árvores, meu poemário mais recente. No dia  14/05 (Sábado) às 09:30 horas  e no dia 15/05, às 10 horas darei  oficinas literárias. 

Abraços fraternais,
Renata Bomfim
PROGRAMAÇÂO: